viernes, abril 10

Funeral de los sueños.

¿Habrá alguna fase de la vida de los seres humanos donde le digamos adiós a los sueños?

Tal vez no tenga los años y la experiencia suficiente para responsder esta pregunta. La posible respuesta a esta cuestión me la dio Ernesto Sabato.

Sabato en su crónica Los santos lugares describe ese escenario donde los recuerdos de su vida saltan y se asoman en el presente.

Ahí me detuve unos minutos en el párrafo de su historia que dice " A medida que pasan los años, cuando nos vamos despidiendo de sueños y proyectos(...)" Entonces, ¿hay una antesala para decirle adiós a ese estado permanente que es soñar?

Según Ernesto Sabato, la pista que nos dice que ese momento ha llegado es cuando nos acercamos a la tierra de nuestra infancia. ¿Cuál será esa sensación que correr por el cuerpo y saborea el paladar al darse cuenta que los sueños embarcan para otros puertos?
Lo confieso: no sabía que hay un cementerio de los sueños...¿Quién se encarga de enterrarlos la vida o nosotros?

La primera palada quizás la damos nosotros y las otras manos las pone la frustración.
Joan Manuel Serrat al contrario de Sabato dice en su canción Mediterráneo "quizás porque mi niñez aún siga jugando en tu playa" me parece que no relaciona los horas o años previos al adiós definitivo, con los recuerdos de su infancia, al contrario le dan vida.

Umberto Eco es tajante y dice " Yo creo que la infancia y la adolescencia son periodos muy tristes. Los niños son seres muy infelices. Me siento feliz ahora recordándolo, y quizá sea éste el motivo por el cual escribo"

Los recuerdos de la infancia Eco sí los relaciona con el pasar de los años, esos días y minutos que se van incrustando en la piel "yo voy al encuentro con el progreso de mi vejez con mucho optimismo, porque cuanto más envejezco, más recuerdos tengo de mi infancia"

Cómo seguimos viviendo si nos despedimos de los sueños, ¿hay sueños que desde el momento de su concepción, nacen muertos? Entonces, son esos a los que les decimos adiós.

Ese momento será algo que buscamos o la vida nos lo tiene reparado en la agenda de nuestra existencia.

Sé que los sueños a veces se duermen y no corren como cefalea, pero que haya de despedirse de ellos... a qué sabrá ese momento.

¿Qué opinas? quiero escuchar a los sueños gritar.

4 comentarios:

Tita dijo...

alguna vez sali de pelea con alguien, porque a sus 25 años, ya no tenia ningun sueño, todo era demasiado pragmatismo, demasiado accion reaccion.

Si hay un cementerio de sueños, no lo quiero conocer, la ignorancia es felicidad y mi felicidad es saber q cada dia puedo tener un nuevo sueño, emprenderlo o solo dejarlo en el imaginario

@Rafa dijo...

Pues yo tampoco creia que uno llegaba a despedirse de sus suennos, pero ahora al tener familia si veo como hay que despedirse de estos para darle espacio a la responsabilidad y a compartir el tiempo con la familia. Hay domingos en que los suennos quieren patalear y resucitar, pero no, rapidito volvemos a la normalidad.

Anónimo dijo...

Creo que los sueños mueren sólo cuando los dejamos morir, algunas veces dejamos morir los sueños porque son casi incumplibles o simplemente los reemplazamos por uno nuevo. Pero si realmente deseamos algo y luchamos por alcanzarlo tarde o temprano ese sueño se convierte en meta y lo podemos realizar.
En mi opinión (un poco pandereta) los sueños se realizan si es lo que Dios quiere que tengamos y si realmente los merecemos.

Mauricio Herrera dijo...

Los sueños no mueren, los matamos, o nacen muertos porque no supimos encontrar el camino para alcanzarlos, o bien, en el camino no los enterramos sino que los transformamos en metas realizables. Si soñamos con viajar a la luna primero deberíamos pensar cómo podemos convertir la utopía en realidad: hay que aprender a volar y antes de eso hay que saber cómo construir una máquina voladora y antes de eso hay que aprender la matemática y la física necesarias para diseñar esa máquina. Pero claro en ese proceso tan laborioso quizás el sueño pierda brillo y probablemente el caminante lunar llegue apenas a ser un pinche ingeniero aeroespacial que para mantener a su familia diseña sondas climatológicas para registrar el calentamiento global. Qué vaina, entonces nuestro soñador no llegó a la luna sino apenas a la estratosfera. ¿Ese ingeniero habrá fracasado y enterrado su sueño? Quizás en el camino encontró una fantasía realizable más fascinante que su utopía original.
¿Me explico?

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